miércoles, 23 de diciembre de 2009

Odio no poder escribir lo que quiero

Tenía la idea clara y todo, pero cuando empecé a escribirla, con cada palabra asentada me apartaba más y más de lo que realmente quería escribir. Era un relato un poco paranoico sobre un par de personajes que me encontré en la calle.

Él era un chico que esperaba fuera de la secundaria cercana a Radio UNAM, no era guapo, ni atlético, ni se veía como un gran casanova, sin embargo esperaba paciente enfrente de la escuela con un ramo de rosas y un sobre, que claro, contenía la carta donde declaraba sus intenciones de cortejo a alguna señorita. Parado bajo el sol, con sus rosas y su carta, pelo negro negrísimo, bien peinado, el suéter gris y la camisa blanca, enormes lentes de pasta, más por la ceguera que la moda, encorbado, casi de mi tamaño. Parado, paciente, esperando.


Lo pasé de largo y encontré la otra mitad de la ecuación, una chica que claramente se escondía de él, junto con sus amigas, cuchicheaban mientras espiaban la entrada de la secundaria. Ella era delgada, pelo negro largo y peinado de moda, una palestina que adornaba su cuello, la falda gris tableada y el mismo suéter gris horrendo, escondida, pacientemente dejaba pasar el tiempo, qué el se cansara y rindiera primero, no deshojaba las rosas, sino los minutos, paciente esperaba que él perdiera el temple y se retirara.


La idea era juntarlos en un mundo aparte, de sueños, en el que ella lo visitara como súcubo, y el como íncubo, con sus respectivas personalidades claramente modificadas por y acorde a los deseos de los soñadores, el un galán imperturbable y mala hostia como esos que dicen que las chicas aman odiar, y ella una insaciable, lujuriosa y fiel visitante nocturna.


Pero, conforme lo fui desarrollando, la idea ya no parecía tan fantástica como pensé al principio y los dejé irse y perderse en la oscuridad de la noche. Odio no poder escribir lo que quiero TAL como lo quiero y hoy es la Antinavidad, pásenla con su criatura de la noche preferida...

(mta que pendejo estuvo ese final, ¡disfruten la antinavidad pues!)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ibas bien.Fallaste al rajarte.

Javier dijo...

A mí eso me pasa constantemente, y es un asco. Si no me ocurriera, si pudiera escribir todo lo que pienso tal como lo concibo, ¡sería un escritor famoso!

Seguidores